jueves, 16 de julio de 2009

Kashyyyk

Me recosté sobre la arena de la playa. Mi maestro me había dicho que Kaleen iría a buscarme. Ya podía estar tranquila, habían destruido la antena y no habían enviado ninguna señal a los Venators que estaban en órbita. La explosión de la antena había sido la señal para comenzar el ataque.
Kaleen había llevado a los troopers a la playa pero los wookies no parecían necesitar ayuda y obviamente tomaron a nuestros Arc como el enemigo. Después de todo estaban peleando contra clones del Nuevo Imperio. Por suerte no los lastimaron y Kaleen logró sacarlos de allí a tiempo.
Mi maestro había ido en su nueva moto y me había llevado con él, suponíamos que allí se encontraba el wookie que buscábamos, el compañero de Gormark, Ishikan.
Me contacté con ellos abriendo comunicación con una de las naves y pregunté por él. No obtuve respuesta, luego supe por qué, había mencionado el nombre equivocado. Ishikan era perseguido por su propia gente.
El maestro y Asoka fueron a averiguar sobre el asunto.
Mientras yo aproveché para descansar en la playa hasta que llegara Kaleen. El planeta era muy diferente a otros en los que habíamos estado, los enormes árboles ofrecían de refugio a los wookies que habitaban en sus diferentes niveles, en plataformas enormes que habían fabricado entre los gigantescos troncos. Respiré profundamente ese aire puro. Al menos estar en esa misión iba a servirme para conocer muchos planetas. Me quedé pensando en lo que había estado hablando con Lo en la nave antes de llegar allí.

“Esos droides starfighter son hermosos, ojalá algún día pudiera apropiarme de uno, no, creo que prefiero construir uno yo misma. Era lógico, no podía convertir mi caza en un artefacto similar, eran dos cosas diferentes. El caza lo conducía un piloto, al droide lo manejaban desde una computadora central. Pero ambos tenían un problema, en el primer caso el piloto podía morir, en el segundo solo se perdería dinero y no una vida, era muy conveniente. Pero el segundo caso tenía otro problema ¿qué pasaría si alguien con un poder como el mío tomara el control de esa computadora central? Un ejército de droides starfighter… Bueno, soñar es gratis.”

Lo que más me sorprendió de lo que me dijo Lo era que los que construían ese tipo de tecnología tenían una religión propia basada en construir droides, me hubiera gustado pertenecer a ella.

“Pero toda religión puede llevar a una persona más poderosa a dominar a los que creen en ella… Eso no está tan bueno…Me pregunto además por qué de repente a Lo empezaron a interesarle tanto las máquinas…”

El sonido de las motos acercándose me trajo de nuevo a la realidad, era Kaleen que venía por mí. Subí con él y le pedí que me llevara a la nave. La situación no era la mejor y teníamos que estar listos por si acaso. Habíamos logrado ocultar la nave entre los árboles y la habíamos sujetado muy bien con unas lianas, pero fue demasiado. Cuando llegué no podía desarmar los nudos y para colmo las lianas eran irrompibles, ni con el sable de luz era posible cortarlas. Solo dos personas sabían como desatarlos: Twigol, que no estaba, y Gormark que había acompañado a Asoka a hablar con el líder de su gente. Me senté de piernas cruzadas cerca de un nudo, con paciencia intenté desatarlo pero era una tarea imposible.

“Los chicos se fueron, seguramente Asoka se va a enfadar con ellos por haberlo hecho. Le dije que los dejara ir a todos pero no me escuchó, era obvio que iban a escaparse, no era fácil quedarse esperando en la nave, pero alguien tenía que hacerlo.”

En eso volvió Twigol e intentó explicarme como desatar los nudos, no le entendía lo que me quería decir, evidentemente los nudos no son lo mío. Volvió a explicarme una y otra vez, lo volví loco, hasta que por fin comprendí. Los nudos estaban tensos y era imposible desatarlos así, pero si eliminábamos esa tensión el problema estaba solucionado.

“Podrías haberme dicho que levantara la nave” le dije a Twigol, pero también era cierto que así no hubiera aprendido nada.
Le avisé al maestro que ya tenía lista la nave por si acaso. Me dijo que habían encontrado a Ishikan, en el medio de otra batalla entre wookies y una raza de reptiles. Me pregunté si ellos también venían con los Venators.
Moví la nave hasta ellos para ayudarlos. Tomé el control de una de las naves de los reptiles y les disparé con sus propias armas, pero en un momento dejaron de obedecerme, creo que eso fue después de que avisé que cortaría el oxígeno que llegaba a la cabina. Hubo una explosión y perdí el contacto, había sentido que también explotaba mi cerebro.

“Auch! Eso dolió!”

El causante había sido Ishikan, que se escapó de la nave en el último segundo haciéndola estallar en pedazos. Cuando cayó a tierra uno de los wookies se enfrentó a él, tenía una cicatriz en el rostro, la marca fehaciente de la locura de Ishikan, según habían dicho sus propios compañeros.
Ambos lucharon en una batalla a muerte pero el vencedor fue Ishikan. Asoka le pidió a su contrincante que dijera la verdad, no le cerraba en lo más mínimo la historia que le habían contado. Según Gormark Ishikan no era culpable, jamás hubiera usado las garras para herir así a uno de los suyos.
El maestro Escipión estuvo de acuerdo con él, pero como el wookie no parecía querer decir la verdad lo obligó. Ishikan resultó ser inocente. Era verdad que había estado borracho y que había peleado con él, pero la marca de la garra en el rostro se la había hecho él mismo para inculparlo.
Ahora debíamos esperar el juicio, todos fueron hasta el pueblo de los wookies y notaron que habían caído en una trampa, la batalla en esa playa solo había sido un cebo. El pueblo había sufrido un ataque, por supuesto las mujeres wookie, que eran las que habían permanecido en sus casas, se habían defendido y no habían sufrido demasiadas bajas.

“Bueno, si hay que esperar veamos que tipo de tecnología usan nuestros nuevos amigos”

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