miércoles, 1 de julio de 2009

La educación de Asoka


Benaar Kush


Primeros entrenamientos con Depa: Filosofía de Chalacta; Ocultismo

Asoka, es importante que respetes tu nutrición, tus ejercicios físicos, tu entrenamiento básico. Pero también que estudies. Es importante que puedas decidir de forma inteligente, que estés capacitado para cuando la situación lo amerite. Recuerda: nosotros nos guiamos por un dogma que nos enlaza al Universo. Cada movimiento del cosmos, resuena con nosotros a través de la Fuerza. Y es necesidad nuestra que la Fuerza resuene con todos. ¿Por qué te digo todo esto, pequeño? Porque todo lo que no te pueda enseñar, serán cosas que te falten mañana, y aquello que no pueda enseñarte, tendrás que desarrollarlo por tu cuenta. Entonces, es importante que tu mente siempre este preparada para todo.
Palabras de Depa

Lo que más recuerdo de las clases con Depa fue el extenso tiempo que pasó enseñándome la cultura de mi pueblo. Con el tiempo descubrí que todos los estudiantes van a un Templo a aprender en conjunto hasta que los selecciona un maestro o caballero jedi que regula específicamente su educación. En mi caso, Depa se opuso a llevarme a un templo, dada su influencia en el Concilio Jedi, no tuvo problemas para lograrlo.
El entrenamiento con Depa hizo eje en varios principios: el desarrollo, la instrucción básica y la filosofía. No duró demasiado, es cierto, sólo fueron dos años casi, pero valió la pena cada momento. La filosofía de mi pueblo es harto complicada, con distintos mundos, obligaciones y concepciones. Los Adeptos creen que el Universo tiene una forma de funcionar y que las personas que moran en él deben moverse por los mismos principios. El dogma jedi habla de fluir a través de la Fuerza, así que varios puntos de contacto existen entre ambas doctrinas. Con Depa pasé mucho tiempo entrenando mi cuerpo, con variados ejercicios físicos aptos para desarrollar una buena masa muscular y una envidiable resistencia física y mental, además de una coordinación motriz del más alto grado. Y entrené por primera vez con un sable de luz.
A nivel mental, Depa fue un poco más oscura. Sus preceptos para desarrollar mi voluntad consistían en ilusiones, trucos mentales y distintas pruebas bastante difíciles, algunas medianamente crueles, para poder forjar una capacidad de resistencia mental a todo. Incluso a la tentación del Lado Oscuro. Fueron momentos difíciles estos, pero entendí que Depa lo hacía por mi bien, prefería que estuviera preparado para lo peor que tener un estudiante complaciente que esperara todo en bandeja.
Igualmente, lo que más recuerdo con ella eran las largas charlas de religión y mitología del cosmos. Ella sostenía que cada pueblo gráfica a la Fuerza mediante sus mitos y sus dioses, y que sólo la comunión con ellos es el principio del camino de la Fuerza. Y que no sólo debíamos aprender de sus mitos para lograr una mejor conexión con el Cosmos, sino que también debíamos que aprender de sus doctrinas místicas, incluso las más oscuras, para poder notar la influencia del Lado Oscuro o del Lado Luminoso en sus postulados. Toda esta parafernalia, Za'i se encargaría de llevarla a niveles aún mayores de comprensión. Ese era el eje que las había hecho grandes amigas.


Primeros entrenamientos con Za'i: Esoterismo, textos perdidos jedi; entendimiento de la Fuerza

Bueno, pequeño, esto no será sencillo. En Alpheridies tus ojos no te servirán para nada, así que deberás aprender a guiarte por la Fuerza. Por tu intuición. Por tus sentidos. Deberás cerrar los ojos para poder ver. Y empezar a dejar que la Fuerza te llevé. A fluir con ella. Los ojos son solo el primer paso. El no ver te permitirá realmente ver, entender que el camino es solo una ilusión de tu mente. Y que sólo existe la Fuerza, y debes lograr estar en armonía con ella, para poder leer sus designios. Una vez que logres trascender la ilusión del mundo, sobresalir entre la vida mundana, entender los designios de la Fuerza, realmente obtendrás tu lugar en el Universo.

Ya has aprendido a ver a través de la Fuerza. A sentir el flujo del Universo en todas las cosas. Cada paso que das en este camino, acarrea nuevas dificultades y responsabilidades. Empiezas a sentir la mente de los seres vivos, como ya puedes percibir su cuerpo físico. Luego, empezarás a sentir sus almas, como resuenan y se nutren de la Fuerza. Luego verás sus sombras, y por último sus verdaderas esencias, el ser primigenio que trasciende los distintos cuerpos adquiridos a lo largo de sus vidas. Esas son las construcciones puras de la Fuerza. Ese es el eje del Cosmos. Y ese es el objetivo del verdadero estudio de la Fuerza. No te fíes nunca de nada. Todo es una trampa. Solo mantén tu objetivo en trascender. Pero no lo vuelvas nunca una obsesión. Cada paso de tu vida es uno de los incontables que debes dar. Aprende de cada enseñanza. Cada una de las vidas que has vivido es parte de ese camino. Siempre guíate por la Luz. Es la Fuerza la que iluminó a los Miraluka en Alpheridies. Es la Fuerza la que ilumina todos los senderos que debemos recorrer.

El Lado Oscuro es necesario. ¿Por qué? Porque cada jedi debe entender que el sendero no es fácil. Y que el mundo es sombrío y difícil. Que la vida fluye con la Fuerza pero es la Oscuridad la que busca disiparla. Nosotros somos garantes de la paz, de la justicia y de las buenas intenciones. ¿Te ríes? Claro. El mal es un elemento difícil de comprender, Asoka. El mal que ejecutan los seres vivos es grave, pero está representado por la moralidad de cada pueblo. Un asesino acaba con una vida: es malo sí, pero el Tiempo tiene más muertes. Pero mi buen estudiante, aquel que trasciende las reglas naturales es infinitamente más grave. Porque nuestra ética puede variar según las circunstancias, el Universo no. Y es por eso que es tan grave el lado oscuro. Porque su único fin es la desnaturalización de la Vida.

Palabras de Za’i

El deber que llamó a Depa me asignó a Za'i. Ella sí me llevo a un Templo común, pero era bastante poco el tiempo que compartía con los estudiantes. La mayoría del tiempo lo utilizábamos para entrenar. Za'i compartía los mismos postulados que Depa, lo cuál las había hecho amigas, del desarrollo físico, y también del desarrollo de la capacidad de pensar, de analizar, de tomar decisiones. Algo que citaba no era muy común en la Orden.
Pasé tiempo estudiando a su cultura, creo que no lo hizo para que aprendiera solamente de su pueblo, sino para poder apreciar cada raza en su magnitud, y no solamente en los detalles. Enseñaba que cada raza tiene miles de pequeños detalles, y que la única forma de comprender a cada raza es entendiendo cómo funcionan esos detalles. O al menos los que definen la personalidad común de la raza.
Pero no sólo eso: trabajamos mucho desde lo sensorial. Ver en Alpheridies era virtualmente imposible, el espectro lumínico de Aber (el sol), rojo intenso, prohibía el uso de la vista y utilizarla era desgastarla en exceso. Za'i decía que al perder su raza la vista, habían activado la Fuerza para compensar. Y que la ceguera, que realmente no era tal, les había permitido aprender la nula fiabilidad de los sentidos. Ella esgrimía que las personas solían confiar ciegamente en su vista y poco en su intuición, hecho que en mi corta experiencia con la vida pude apreciar que es así. Que los sentidos podían ser fácilmente engañados y que cada persona de la Galaxia, jedi o no, podía caer en trampas siempre y cuando sus sentidos les indicaran fiabilidad. Tomé estas enseñanzas como válidas, después de todo, mi cultura habla de un velo que tapa la realidad, y que nadie puede traspasarlo dado la condena que vivimos en el cuerpo material.
Toda esta terminología, que podrá parecer en extremo rara o de difícil comprensión, la adquirí mediante charlas de religión y ocultismo con mis maestras. Ambas creían fervientemente en los principios divinos y esotéricos de sus razas. Era bastante evidente que yo terminaría adquiriendo los mismos dogmas. En general, más allá de sus diferencias, la clave para entender esta conexión divina y trascendental es la Fuerza. Por eso largo tiempo con Za'i lo pasamos meditando, tratando de tocar y manejar y entender este elemento que es la Fuerza, que nos nuclea a todos, del que todos somos parte pero pocos pueden entender en su magnitud.
Al principio, me costó sobremanera seguirle el curso a las primeras clases de Za’i. Evidentemente sus ojos se habían perdido, pero su vista seguía clavada en las grandes evaluaciones de la existencia. Los primeros meses aprendí porque Depa la eligió a ella para ser mi maestra: su dedicación, buena predisposición, y la incontable capacidad de Za’i la catapultaban a un rango enorme. Ella nunca había trascendido en la Orden ni le interesaba. No solo el nombre no le importaba, sino que dudosamente le hubiera importado salir de su planeta. Pasábamos horas estudiando antiguos textos jedis en el Templo. Veía a los otros chicos entrenar largo y tendido, y pensaba cuándo me iba a tocar a mí. Yo quería mi sable de luz. Ella prefería que entrenara mi cuerpo pero que cultivara mi mente. Con el tiempo, empecé a entender el dogma de Za’i y mi propia filosofía natal, y contrario a mis primeras impresiones, congeniaban bastante. Fui preparando mi mente y empecé a llenarla con conocimiento muy antiguo: el Templo atesoraba volúmenes ancestrales que mi maestra afirmaba que en el gran archivo de Coruscant eran solo parte de bases de datos que nadie consultaba. Había miles de secretos, formas de entender como fluía la fuerza, el valor de los sables de luz, el viejo código antes de la reforma que le hizo Odan-Urr. Todo ese conocimiento, Za’i solo tomó lo básico y todo lo demás lo pasamos estudiando mitos, religiones, doctrinas. Según ella, la única forma de entender a la Fuerza era viendo como cada raza la entendía, como la enfocaba. Y de esa forma, con esos principios, guiar a cada uno de ellos por el sendero de la Luz.


Segundos entrenamientos con Za'i: Liberación de la Fuerza, comprensión del lado oscuro, estilo de Sable de Luz

Piensa, Asoka, piensa. Concibe la Fuerza en las formas que necesites. No te estanques solamente en poderes sencillos. Tu mente es poderosa. Tu conexión es fuerte. Relájate. Deja el hálito vital fluir a través de todos tus puntos. Inhala. Exhala. Concéntrate. Siente. Controla. Altera. Libera el flujo de la Fuerza en formas que nadie entiende, pero que tu sí. Piensa en cada mito y leyenda, como manifestaban sus dones. Ellos te enseñan. Derrota al Lado Oscuro con ellos.

El Lado Oscuro es poderoso. Nunca se deshace ni nunca debe hacerlo. Algún día deberás lidiar con él. Y tendrás que aprender a respetarlo, nunca a temerle. La Fuerza te da la luz para superarlo. Y eso debes hacer. Destrúyelo donde more. Pero entiende que nunca va a ceder, hasta que realmente todas las razas entiendan su posición en el Universo y asciendan. Contrario a lo que la mayoría de la Orden piensa, no podemos subestimar el Lado Oscuro: su rol no es beneficioso, no podemos controlarlo, y si en algún momento nos supera, no dudará en destruirnos, aunque lo necesitamos para poder saber cuál es nuestro camino. Debes vencer al Lado Oscuro, Asoka. Pero entender que su presencia es necesaria. Sin él, quedaríamos tan ciegos en nuestra propia fuerza que creeríamos haberlo vencido, y seríamos débiles cuando su presencia se haga notar.

Mi estilo es defensivo. Quizás desees aprender a manejar el sable de una forma más combativa, más impresionante. Si por mí fuera, ni gastaría tiempo enseñándote a utilizarlo. Pero el sable es el arma de un caballero jedi. La forma en la que canaliza la Fuerza. La forma en la que resuena su espíritu. Es su arma y una proyección de su alma. Eso lo respeto. Quizás es que mi entrenamiento haya sido muy corto con él y le haya tomado algún encono. Fíjate en las posiciones de las piernas, la forma en la que tomas el sable, la guarda. Todos quieren atacar, pero nadie sabe defender. Es tu rol, Asoka, defender a los demás. Tienes la fuerza para hacerlo.

Palabras de Za’i

Los años siguientes fueron de desarrollo y perfeccionamiento. Za’i depositaba enormes esperanzas en mí y no pensaba fallar. Entendí toda su doctrina, y notaba que la Fuerza respondía ante mí. Mis primeros trucos solían funcionar de forma perfecta, aunque claro, costaba.
Indudablemente tampoco faltaron los estudios con el sable de luz, si bien Za'i no era una dotada, su estilo me agradó inmediatamente, claramente defensivo, a favor de los códigos de no violencia que mi raza pregona. Hubo mucho tiempo para ello. Mi entrenamiento con los demás chicos en el arte del sable fue bueno, les costaba romper mi defensa. No atacaba mucho, pero era efectivo a la hora de llevarlos a la batalla que me convenía. A la larga, todos me querían en su equipo.
Agradezco siempre que mi maestra miraluka tenía una forma didáctica de dar clases, utilizando todo recurso que podía en pos de una mejor comprensión. A veces volvíamos horas con los mismos principios, con la única finalidad de captar cada detalle y alteración de la técnica, cada sensación del poder o bien cada trampa en el sutil control de la Fuerza. Otras veces prefería soltarme solo frente a los obstáculos, y me recordaba que la Fuerza fluía en mí, que no la encasillara, que tratara de innovar a la hora de entenderla e invocarla.
Entender el Lado Oscuro sí me llevó mucho trabajo. Al principio no entendía la dualidad que mi maestra postulaba, pero luego comprendí sus palabras: hablaba de su necesidad como elemento de cuidado, como amenaza para mantenernos en constante vigilancia, en constante perfeccionamiento de nuestra capacidad y en la necesidad de ir llevando la Fuerza a todos para que ellos también pudieran ir venciéndolo y no caer en sus redes.


Primer encuentro con Benaar Kush: Desarrollo de la amistad

Tras un entrenamiento exitoso
Gracias por elegirme, por una vez pude vencer.
Por nada, cuando quieras.
¿Eres Asoka, no? Soy Benaar Kush.
Lo sé, entrenamos siempre. Nunca te habías fijado mucho, dije, con una sonrisa.
Ella rió. Parece que nos íbamos a llevar bien.

Después de Za’i, Benaar es la persona más importante para mí en Alpheridies. Es una joven miraluka, hermosa, dulce, elegante. Pero muchos no la aprecian. Dicen que no es buena con la Fuerza, ni con el Sable, ni la mejor en sus estudios. Hasta la fecha que escribo esto, es una de las pocas padawan que todavía no tiene maestro asignado. Es como si nadie la quisiera. Pasamos largas horas hablando, yo la ayudo con su entrenamiento. Pero ella parece preferir estar conmigo en vez de practicar. No me importa. Disfruto su compañía. Lástima que por la doctrina de la Orden, debo apagar toda sensación que pueda tener por ella. No obstante, Za’i me explicó que no debía negar las emociones, el negarlas solo nos conduce a quererlas. Hay que saber disfrutarlas, pero no perder el control por ellas. Es bueno amar, llorar, reír en exceso. Siempre y cuando no nublen tu sendero. Que no se vuelvan obsesiones. Que no te funden debilidades. El verdadero jedi se controla, no anula.


Segundo encuentro con Benaar: Beso, juramento

¿Lo juras?
Si, Benaar. Juro convertirme en un gran maestro para venirte a buscar y tomarte como padawan. No dejare que nadie te falte el respeto. Solo los tontos no saben notar lo que tienen delante de su vista. Tú eres demasiado buena como para que nadie te tome. Aparte, disfruto mucho de tu compañía.
Benaar solo sonrió y me tomó el rostro con sus manos. Me besó, muy apasionadamente. Deje ese estúpido control de mis emociones y le devolví el sentimiento. Mi corazón latía a miles de revoluciones, pero lo iba aplacando pensando en la vuelta.

Alejarme de Benaar representó un duro golpe y una excelente enseñanza. Fue duro, sí, pero me permitió aprender a controlar mis sentimientos, y a juzgar el valor de ellos y la influencia que pueden tener sobre la razón. Realmente son difíciles de mesurar. Me pasó algo similar cuando me enteré del destino de Depa. Y tuve que utilizar todo lo que Za’i me había enseñado: hay que dejar fluir la emoción, pero entender que ella es parte de un camino, que cada paso tiene obstáculos y momentos difíciles de sortear, pero una vez logrado, son alicientes para llegar al objetivo.


Tercer entrenamiento con Za'i en Coruscant: Preparación para la partida, cuidado de Depa

Vieja amiga, has caído al Lado Oscuro, pero has mostrado que tu espíritu fue más fuerte que el dolor. No importa. Tu alma reverbera con la Fuerza. Nuestro estudiante llevará nuestro legado. Así será. Ya lo verás, el te honrará como realmente lo mereces.
Palabras de Za’i

Adiós maestra. Ojala pueda salir del coma. Tu maestro me ha cedido tu cristal. Quisiera ser digno de decir que fui tu padawan. Caíste combatiendo contra la Oscuridad, pero tu persona siempre iluminará mi camino.
Mis palabras

Vamos Asoka, tenemos mucho que hacer. Aquí forjarás tu sable de luz y aprenderás de la Orden Jedi. Verás como fluye la Fuerza en este lugar, pero también el temor y la vida de miles de seres. Coruscant es enorme, está más allá de nuestros sueños, pero también de nuestras pesadillas. Aquí te convertirás en caballero. Aprovechemos el tiempo en los archivos: hay mucha información para aprender. El espíritu de Depa nos acompaña.
Palabras de Za’i

La caída de Depa nos dolió a ambos. Yo pensaba mucho en Benaar y Za’i aprovechaba para enseñarme muchas cosas más. Coruscant y su gente me deslumbraba. El Templo y los maestros también. Seguí con mi deseo de no utilizar mi vista: la Fuerza era mi referencia. Y mi maestra aprobaba. Los últimos entrenamientos fueron excelentes, y conocí mucha gente. Estaba listo para las pruebas cuando surgió la oportunidad de viajar. Za’i no quería, temía que esta guerra que se había iniciado fuera demasiado para mí. Pero me dejo ir. Apenas nos despedimos, ambos en lágrimas (después de todo, éramos como madre e hijo, una relación que los Jedis parecen no reconocer la del padawan y su maestro), me pidió que empezara mi nuevo entrenamiento aplacando el dolor. No lo hice. La emoción debe fluir, pero no cegarnos.
Recordamos a coro el código que profesábamos:
Emoción, pero Paz
Ignorancia, pero Conocimiento
Pasión, pero Serenidad
Caos, pero Armonía
Muerte, pero la Fuerza.
No negábamos cada tema, lo aceptábamos y buscábamos respetarlo, superarlo o dejarlo fluir. La Fuerza nos nutre de ellos, y su existencia, como la del Lado Oscuro, es necesaria.
No puedo decir que no extrañe a mis maestras. Ellas fueron el eje de mi vida, aunque en estos últimos meses pude poner en marcha casi todas sus enseñanzas. Lo más interesante del caso es que las enseñanzas de ambas que más aprecio hoy son aquellas relativas al trato, a la forma de ser, a cómo encarar distintos asuntos, a entender el sendero elegido y al deber que uno tiene. Y no tanto los poderes o los manejos con el sable de luz ni la política de la Orden.


El último dogma - Escritos de Asoka

Todas las razas sentientes que existen en la Galaxia fluyen a través de la Fuerza, como toda vida y toda materia. Pero cada parte del Cosmos tiene una forma distinta de nutrirse con ella. Las razas sintientes que han demostrado inteligencia se manifiestan en varias ramas que los componen. Es una tendencia muy tradicional en muchas razas creer que el Universo se compone únicamente por el cuerpo físico. El cuerpo físico es la parte más fácil de percibir de los distintos mundos, pero no solamente la única. Entre los demás cuerpos, existen varios, que no todas las cosas poseen, ni todas las razas manifiestan. Existe un cuerpo de esencia, un cuerpo de mente, un cuerpo de Voluntad, uno del alma y uno del Espíritu. Y existe la sombra. Pasaré a explicar cada uno de ellos.

El cuerpo de esencia es el único común a todas las cosas. Es la base primigenia de la Fuerza en su punto más primal. Es una energía que reviste a todo: les da forma a las cosas, nos da el hálito vital a las personas, la capacidad de reproducirnos, la vida y la composición. El simple movimiento de los átomos se produce por la energía de esta esencia que es la Fuerza en su composición más básica.

El cuerpo físico es la materia. Nuestro organismo, las plantas, las piedras, todo lo material tiene un cuerpo físico. Existen ciertas construcciones insustanciales, pero eso es porque existen criaturas que se nutren de su esencia sin necesitar generar materia. La Fuerza fluye por nuestros cuerpos físicos a través de la respiración y de canales, que en mi doctrina son los siete puntos de importancia del cuerpo. Obviamente, en otras razas fluye de forma distinta, pero más o menos se pueden encontrar similitudes en todas ellas.

El cuerpo de la Mente es lo que conforman los pensamientos e ideas de las personas. Representa el costado más lógico y racional de nuestro ser. Es el costado diríamos más científico de cada uno de nosotros, el que nos permite interactuar con el mundo de forma racional.

El cuerpo de la Voluntad consiste principalmente en la manifestación de la Fuerza que nos lleva a realizar nuestras decisiones, a luchar por ellas, a no dejarnos imponer. Este cuerpo es muy particular, cuesta mucho trabajarlo. No pertenece al plano de las ideas porque funciona en un nivel distinto: nos da energía extra para desarrollar las cosas que queremos. Este cuerpo está en directa conexión con la esencia, ergo, con la Fuerza.

El cuerpo del Alma es básicamente nuestro ser ahora. Nuestras sensaciones, pensamientos, gustos, y deseos particulares. Este fluye constantemente con el cuerpo de la Mente, por eso razonamos pero le aporta los deseos y gustos propios. Representa nuestro costado más sensible, nuestros gustos, placeres, las cosas que nos agradan y como las recibimos.

El cuerpo del Alma y el de la Mente se funden en un plano de la Fuerza muy particular, denominado Astral en algunas culturas. Esto es así: Toda idea y pensamiento, sueño, deseo, imagen, existen en este plano Astral. Los jedis pueden acceder a este plano y ver los pensamientos, ideas, etc. de las demás personas. Cada persona vibra en una forma particular en la Fuerza, dentro de la forma de resonar que tiene su especie. Así, se puede apreciar, enlazándose a este plano, como funciona el pensamiento de los otros y los propios. Nos permite indagar sobre nuestro ser, y entender mejor a los demás. Y aquí es donde fluye la acción y la no-acción. Estos conceptos funcionan juntos. Cada vez que optamos por hacer algo, decidimos hacerlo. Ejecutamos una acción. Pero esta acción responde a un pensamiento nuestro. Ahora bien, existen acciones que no pensamos y ejecutamos igual, como respirar. No estamos todo el tiempo pensando en respirar. Muchas reacciones se producen en forma de no-acción. También, todo lo que pensemos pero no hagamos es una no-acción. Todos nuestros deseos, fantasías y pensamientos que no ejecutemos son no-acción. Y estos pensamientos fluyen en el plano de las ideas. Y nuestras no-acciones, principalmente aquellas que encarnen maldad, atraen a la sombra, al Lado Oscuro. Pero aquellos que puedan leer esas no-acciones, encontrarán vulnerabilidad en nosotros. Ahí radica el verdadero control del Jedi: en la dificultad para coordinar sus acciones con sus pensamientos y fluir como uno solo sin dejar llevarse por la no-acción. A eso se refieren los maestros cuando dicen: "Ser, fluir, existir".

El cuerpo del Espíritu es el más difícil de comprender, porque representa lo que somos realmente a lo largo de todas las vidas que hemos tenido. Este concepto no se puede apreciar sino se entiende que no vivimos una sola vida sino infinitas hasta lograr salir de este ciclo y ser realmente uno con la Fuerza. En general, la gran mayoría de los jedis que entienden este principio logran, al concluir su dharma o deber, ser unos con la Fuerza y salir de este ciclo. Así, existen en su Espíritu, el eje de su persona a lo largo de todas las vidas, no de una sola. Eso es el verdadero espíritu, lo que realmente fuimos, somos y seremos, más allá de lo que encarnemos.

Por último, existe la Sombra. Cada ser que posea todos sus cuerpos, o bien la mayoría, vibra de una forma particular en la Fuerza. En general, todos los seres vibran en un balance especial en la Fuerza. Este balance existe entre la Luz y las Sombras. La Oscuridad también es parte de todos, porque incluso las razas más pacíficas son capaces de hacer el mal. El Lado Oscuro es parte de la Fuerza, solo que representa un caos primigenio encargado de destruir. Sería fantástico que todos resonemos en la Fuerza de forma luminosa, pero para eso cada raza debe crecer hasta poder hacerlo. Piensa así: Cada ciclo de la vida concluye con la muerte. No hay muerte, está la Fuerza. Eso lo decimos los jedis para que no teman, para asumir que la Fuerza nos dará una nueva oportunidad. Y así es. Pero el Lado Oscuro representa el costado más violento y antinatural de la Fuerza, aquel que busca sembrar su terror en todos. Es la concepción opuesta de la Luz, no de la Fuerza, es una parte de ella. La Luz crea, ilumina senderos para llevar paz y justicia. La Oscuridad repta y oblitera. Viven en ciclos constantes de creación y muerte. Son opuestos, pero se necesitan. Es por eso que todos tenemos una sombra: es la prueba que nos debe mantener fuertes por nuestro sendero. Esa sombra nos tienta, busca llevarnos al Lado Oscuro. Sólo podrás entender el Lado Oscuro una vez que te conectes con tu sombra, pero si la dejas vencer, te habrás ido al otro camino.

Como verás, los jedis fluimos en todos estos planos, y el entender la Fuerza es lo que nos permite alterar cada uno de ellos. Así, podemos alterar pensamientos, mejorar nuestro cuerpo físico, intuir, sentir ideas ajenas, mover objetos, controlar el clima. Son manifestaciones de nuestra comprensión de la Fuerza. Existen miles de forma, incluso existen razas que utilizan las mismas formas pero desarrollan otros poderes, que muchos llaman hechicería. Y no sólo eso: el fluir por la Fuerza, nos permite también fluir en los distintos elementos que son parte de ella, como el Tiempo y el Espacio. Es por eso que los jedis tienen visiones y pueden proyectar sus sentidos a la distancia. Cada poder es solo una forma de utilizar la Fuerza para nuestro provecho.

(escribió Draften)

2 comentarios: