martes, 2 de junio de 2009

Kaleen Adir Savarez

Heme aqui, en una capsula espacial, a la deriva en el infinito conocido. Perdido y no porque quizas la boya estelar se haya dañado con el despegue, sino porque las ultimas horas han destruido todo en lo que creia, todo lo que queria.
Como sabemos que es el bien y que es el mal? Como reconocemos la linea que separa a uno del otro? Realmente los jedis somos portectores de la paz o nos hemos convertidos en marionetas manipuladas por alguien que conoce mejor que nosotros las debilidades de nuestro codigo de conducta?
Una tormenta de ideas incoherentes me atormentan mientras giro sin direccion por la nada absoluta. Los recuerdos de mi maestro cayendo bajo una lluvia de blasters de los clones que debian protegernos. la furia, la ira, la frustracion recorriendo mi cuerpo. El poder que me otorgaron, esa tormenta de sensaciones. Queria verlos muertos a todos. Los cuerpos de los clones destrozados. El empujon de los motores de la nave que rapidamente me sacaban del infierno urbano de Muunilinst.
Ahora estoy mas tranquilo y necesito volcar mis pensamientos pues quizas asi pueda reordenarlos. Quizas asi encuentre la logica que mi maestro me inculco y pueda vencer al fantasma del lado oscuro. O quizas no.
Naci hace 20 años en Alderaan y de mis padres solo recibi el apellido. A los pocos meses de darme a luz, mi madre me entrego a la orden para que me educaran como un jedi. De alguna manera que nunca tuve demasiado en claro, ellos sabian que seria sensible a la fuerza aun cuando todavia no habia nacido. Me crie en el templo Jedi de Coruscant y desde que tuve uso de razon me educaron en la historia y el codigo jedi. Entre juegos aprendi a defenderme y a reconocer la fuerza. Mi objetivo, y el de todos mis compañeros, era convertirme en un buen prospecto para que un maestro jedi prestigioso me eligiera como su padawan.
Pero entonces un dia aparecio el. desde el primer momento en que lo vi me desagrado. Aun cuando el codigo nos prohibe prejuzgar habia algo en Anakin Skywalker que no me caia nada bien. Era una extraña vibracion. Ademas, sin esforzarse, sin siquiera conocer el codigo jedi, se habia convertido en padawan y seria entrenado para jedi. En los pasillos del templo se comentaba que el Consejo lo habia autorizado porque suponian que el traeria equilibrio a la Fuerza.
Equilibrio a la Fuerza? Equilibrio entre que y que? Entonces era cierto que existia un lado oscuro. Un lado de la fuerza que estaba prohibido porque no correspondia con los preceptos del codigo. Curioso, como todo niño, empece a leer mas a fondo la historia de la orden y en especial sobre los jedis que habian intentado transitar las sendas oscuras. Todos habian fracasado y se habian convertido en señores del sith, trayendo terribles concecuencias a la galaxia. Todos menos uno que recientemente habia dejado la orden jedi, el Conde Dooku. Cuando pregunte a mis maestros sobre el rapidamente fui censurado y se me prohibio seguir investigando. Desde ese momento senti su vigilancia y eso me dio la clave de que habia tocado alguna fibra sencible dentro de la orden.
Pase el tiempo estudiando, entrenando, convirtiendome en el modelo de aprendiz pero ningun maestro queria aceptarme como padawan. Habia como una especie de aura que ellos rechazaban, como si mis conocimientos sobre el lado oscuro los hicieran replantearse aceptarme como su parendiz. Mientras tanto, todos los dias llegaba informes sobre los progresos del gran Anakin Skywalker al que todos adoraban a pesar de que ,segun se decia en voz baja, habia empezado a cuestionar los metodos de enseñanza de su maestro. Maldito desagradecido! Una mañana Sadoo Wand, caballero de la orden me fui a buscar al dojo donde estaba entrenando. Segun sus palabras el mismisimo Yoda queria hablar conmigo. Sabia en que terminaban esas charlas, seria asignado a alguno de los cuerpos de ayuda jedi, muy probablemente como explorador en algun sistema alejado. Sin embargo el caballero me llevo hacia la sala de meditacion del gran maestro. Ese lugar era practicamente sagrado y muy pocos tenian acceso a parte de los miembros del Consejo. El maestro Yoda me estaba esperando y me hizo sentar frente a el. Durante las siguientes dos horas discutimos sobre filosofia, sobre la fuerza y sobre lo que habia investigado de niño. Me sorprendio que me escuchara y, casi en un plano de igualdad, me diera la razon en algunos conceptos. Al terminar de hablar, una puerta detras del maestro se abrio y aparecio la mujer, bueno twi`lek, mas hermosa que vi en mi vida. ya la habia visto por los corredores de la escuela y sabia que era la caballero Lyn Me Hokran. Ella se acerco al maestro Yoda y solo le dijo: “Tenia razon maestro” luego me miro con sus ojos celestes, ne inspecciono detalladamente y solo me puso la mano en el hombro. Mire a Yoda y el solo asintio. Lyn Me me esperaba en el marco de la puerta.
Lyn Me habia sido promovida a maestra jedi hacia solo un par de semanas. Yo seria su primer padawan y juntos aprenderiamos, ambos, a ocupar nuestro lugar. Durante los primeros dias de entrenamiento pasamos mucho tiempo paseando por los jardines del templo jedi. Ella gustaba de estar cerca de la naturaleza y de mostrarme como la fuerza discurria por todo y todos, aun aquellos que no la sintieran o la negaran. Reia demasiado y su voz era melodiosa y susurrante y casi siempre ocnseguia lo que queria de los demas sin utilizar la Fuerza y menos su sable laser. El Consejo le asignaba misiones dentro de Coruscant y casi siempre estab en contacto con embajadores y politicos, que la recibian con los brazos abiertos y disfrutaban de su compañia. En esa epoca note que algunos la miraban con una extraña admiracion, casi animal, como si la fueran a devorar viva. Cuando le pregunte sobre esto, ella solo sonrio y luego recibi mis primeras lecciones osbre el amor y sexo. Al principio me repugnaban ambas ideas, era como si los amantes transformaran a sus amados en pocesiones interesadas y egoistas pero Lyn Me me explico que el verdadero amor es la expresion mas fiel de la Fuerza y que los jedis estabamos obligados a amar desinteresamente a todo el mundo. En cuanto al sexo, que para mi era rebajar la condiion de seres inteligentes a animales, para mi maestra tambien era una expresion de la Fuerza. La union creaba vida en la mayoria de las especies avanzadas y los animales y la sensaciones de satisfaccion y conexion que se conseguia cuando se combinaba con el amor eran verdaderas explosiones de la fuerza. A pesar de ellos para Lyn Me como para mi, el amor y el sexo tambien podian ser, si eran mal entendidos , posesivos o fingido, el umbral al lado oscuro.
El lado oscuro era un tema recurrente en nuestras charlas. Una de las razones por las que ella me habia elegido, a pesar que el resto de los nuevo maestros le aconsejaron que no lo hicieran, era mi interes en conocer ambos aspectos de la fuerza. Ademas de educarme en el lado de la luz, Lyn habia tomado el desafio de mostrarme que el lado oscuro, a pesar de las promesas, solo era el camino hacia la perdicion y la destruccion, no solo porque la educacion jedi lo decia sino porque era realmente asi. Cuando le pregunte sobre Dooku ella no dijo nada pero con mi insistencia ella reconocio que, en algun momento de su adolencencia, estuvo de acuerdo con parte de la teoria del conde separatista sobre el equilibrio de la fuerza. El equilibrio de la fuerza no esta en un joven rebelde del desierto sino en un filosofo avezado, en un hombre con la suficiente claridad como para cambiar la galaxia a travez de la fuerza y convertirla en un lugar justo y pacifico, donde todos podamos vivir en paz.
Pero el tiempo de paz tardaria en llegar. Las escaramusas esporadicas, como la de Naboo, entre la Republica y la Federacion de Comercio y los sistemas separatistas, se volvian mas habituales. Lyn Me debia intervenir mas a menudo representando al Consejo jedi y a la Republica en conflictos internos o interplanetarios. Fueron años en que viajabamos mucho y conoci decenas de planetas y civilizaciones diferentes. me resultaba fascinante las diferentes culturas y las queria estudiar todas. Tambien durante este tiempo, Lyn dejo de lado la filosofia y comenzo a entrenarme en el uso del sable laser. Ella misma me habia fabricado un sable de luz blanca. “Un sable especial para un padawan especial” me dijo el dia que me lo dio, en medio de un tiroteo en las afueras de una ciudad tomada por el Gremio Bancario. La galaxia se volvio un gran desastre, con focos separatistas en cada sistema, con cientos de jedis dispersos, tratando de controlar lo que parecia inminente, la guerra galactica.
El dia que el Senado Galactico promulgo la formacion de la Armada Galactica, note a Lyn extrañamente triste. No sonreia y , escudada en una aparente concentracion, su rostro se endurecio y su mirada se volvio mas inquisitiva. el llamado al deber de defender la galaxia nos toco de cerca cuando el maestro Yoda desembarco con la primera division de soldados clones en Coruscant. Lyn y yo estabamos asignados a un escuadron de 500 clones que formarian la defensa orbital que respaldaria las operaciones en el planeta Geonosis. Estabamos rescatando a Anakin Skywalker, que, luego de esa mision seria nombrado caballero. “Tu eres tan bueno como cualquiera”, me dijo Lyn “Aleja esa sensacion de ti y seras aun mejor”.
La guerra, como las misiones diplomaticas, nos llevaron aqui y alla. Creo que, en mas de 20 misiones, no vi a Lyn desenvainar su sable laser ni usar la fuerza sin que fuera absolutamente necesario o el ultimo recurso. De alguna manera, la Fuerza la habia dotado de un encanto que no pasaba desapercibido, de una cordialidad que afectaba los corazones de quien la tratara y una mente tan libre que le permitia obtener soluciones de donde otros solo ven problemas.
Cuando Grevious ataco Coruscant, nuestra escuadra se transformo, casi sin quererlo, en la primera linea contra los droides que querian ingresar al templo jedi. Habiamos llegado al planeta capital de una mision en el anillo exterior y fuimos a presentar nuestro informe al Consejo Jedi. Dentro del informe, Lyn habia colocado su solicitud para convertirme en caballero jedi. Segun ella yo ya no podria aprender nada mas de ella. Los clones esperaron abajo, en la recepcion para el publico a nuestro regreso. Habiamos formado ciertos lazos de amistad con ellos. A pesar de que fueran todos iguales, se podia distinguir en ellos algunos razgos de personalidad particulares, en especial entre los lideres y los ARC, el equipo elite que nos escoltaba constantemente. Lyn habia bautizado a cada uno de ellos con un nombre diferente y se lo habia hecho escribir en la armadura.
Mientras mi maestra presentaba su informe al Consejo Jedi decidi investigar sobre alguien en el archivo. Durante una escala en Tatooine, se acerco un extraño ser volador que dijo llamarse Watto y me pregunto por .... Anakin Skywalker. Aun alli en el fin de la galaxia, jedi era sinonimo de ese tipo, aunque era logico puesto que era su planeta. Este Watto me conto de su vida y de como Qui Gon Jinn se lo habia ganado en una carrera de pods. Ese nombre me llamo la atencion. Sabia que era un gran maestro jedi, que habia enseñado a Obi Wan Kenobi y que habia muerto en Naboo, pero no que habia encontrado a Anakin. entre al archivo de la orden y pedi los expedientes de Qui Gon Jinn y para mi sorpresa descubri quien habia sido su maestro, Dooku. Ahora todo tenia sentido para mi. La teoria de Dooku sobre el equilibrio, la profesia sobre Anakin. Era realmente el elegido?
La paz del templo jedi fue perturbada por los disparos de los blasters de nuestros clones. Corri tan pronto como pude hacia la explanada del templo y alli vi a mis hombres enzarzados en una batalla campal contra droides invasores. Mire al cielo y vi los enormes cruceros enemigos sobre el cielo del planeta urbe. Cientos de naves de combates despegaban desde los espaciopuertos de la ciudad para intentar contener la invasion.Inmediatamente me puse al mando de los clones y comenzamos a rechazarlos, mientras cada vez mas jedis se nos unian desde dentro del templo. Durante casi tres horas resistimos el asalto de centenares de droides. Lejos de lo que mi maestra me habia enseñado tuve que usar tanto el sable como la Fuerza para contener el asalto. Al fin logramos reducirlos y los pocos droides que aun estaban en pie se dispersaron. Lyn, que habia luchado gran parte del tiempo a mi lado, me felicito y se veia el orgullo en sus ojos. Pero la noticia del secuestro del Canciller Palatine y la muerte de varios de los mas importantes jedis que lo protegian oscurecio el pequeño festejo. La batalla seguia en el espacio, donde divisiones completas del ejercito clon habia llegado y se enfrentaban a las naves de guerra enemigas. Desde la torre del templo vimos como un trozo de una de las naves “aterrizo” en un espaciopuerto. En ese pedazo de nave estaba el Canciller que habia sido rescatado por ... Anakin Skywalker. La batalla habia terminado pero el precio que la Republica habia pagado era enorme y el que pago la Orden era aun mayor.
Esa noche Lyn me informo que el examen para ser caballero se postergaria. Teniamos una mision urgente y partiamos a la semana siguiente. “En lo que cuenta para mi, ya eres un caballero jedi” encendio su sable y corto mi coleta padawan. Tomo mi rostro entre sus manos y me beso dulcemente. A la mañana siguiente mas de 10.000 clones con equipo pesado, vehiculos y 5 cruceros estelares esperaban nuestras orden para despegar con destino a Minnnuslint, un sistema controlado por el Gremio Bancario. La Republica habia decidido contraatacar y golpear los lugares de poder de los separatistas en toda la galaxia y por ende nuestra mision era “neutralizar” a las unidades operacionales en el planeta. Era una mision de guerra, esas que a Lyn le transformaba el rostro, lo endurecia y la entristecia.
Fueron varias semanas duras. El planeta presento mas resistencia de la esperada y solo en la primera semana habiamos perdido un cuarto de nuestras fuerzas. Lyn, yo y los Arc habiamos logrado infiltrarnos detras de las lineas enemigas y sabotear los escudos deflectores, facilitando el trabajo a los bombarderos y abriendo el camino a la invasion de la infanteria. La batalla en la capital del planeta se peliaba calle por calle y aunque pequeños, conseguiamos progresar dia a dia. Lyn habia perdido su aura de amabilidad y escupia ordenes suicidas con la apatia que tan poco me gustaba de los viejos maestros jedis. Cuando le pregunte porque los enviaba a la muerte solo me contesto “Estan para eso”.
Esa mañana desperte con el inicio del fuego de artilleria de nuestras unidades pesadas. La infanteria habia logrado quebrar la brecha de las defensas de la plaza central y los cañones estaban cubriendolos abriendo fuego sobre el edificio del comando de la ciudad. Solo dos horas mas tarde, los lideres se rindieron y pidieron conferenciar con Lyn. Habiamos ganado aunque habiamos perdido demasiado y perderiamos aun mas.
Lyn y yo conferenciamos durante apenas unos minutos con los lideres del planeta que rapidamente firmaron la rendicion y las condiciones de esta. Los Arc, que nos esperaban fuera de la sala por si la negociacion era una trampa, nos escoltaron hasta la explanada del edificio, donde una decena de clones custodiaban nuestra nave que nos llevaria al crucero y de vuelta a Coruscant. La luz del segundo sol levantandose por el horizonte me cego un segundo cuando abrimos las puertas del edificio y al girar mi cabeza hacia el costado vi al capitan de los Arc que miraba directamente a una figura holografica de un hombre encapuchado que, desde su muñeca, le ordenaba “Ejecute orden 66”. La figura desaparecio y el clon asintio, luego tomo su blaster y apunto a Lyn, que habia cruzado la puerta. los otros clones a su lado hicieron lo mismo. En cuestion de segundos accionaron los gatillos y los cinco ases de luz laser impactaron en la espalda de mi maestra matandola al instante. Corri hacia ella mientras los clones recargaban sus armas. No la deje caer al suelo y la tome en mis brazos, lleno de impotencia, de ira, de furia, rencor. Los queria a todos muertos. En ese momento senti una explosion dentro de mi cuerpo, una ola tras otra de poder que, desde el centro de mi pecho llegaba hacia todo el resto de mi cuerpo. Tome el sable de Lyn y el mio y en una rafaga decapite a los cinco Arc con los que habia luchado infinidad de batallas y luego sin miramientos cargue contra los que intentaban entrar al edificio. Uno a uno los vi caer desmembrados, senti placer, debo decirlo, haciendolos sufrir. Lyn yacia muerta a mis pies y estos traidores , estos seres sin alma que solo servian para ejecutar ordenes sin pensarlas debian morir. Todos debian morir. cuando ya no hubo mas clones que matar tome el cuerpo de Lyn y subi a la nave.
El crucero me recibio con una lluvia de lasers pero la energia que me habia dado la furia me permitia esquivar los diparos. Tome curso hacia la torreta donde estaba el punete y trabe los controles para que la nave se estrellara contra el centro de mando del crucero. Luego tome el cuerpo de Lyn y me meti dentro de la capsula de escape de la nave y nos lance al infinito, mientras la nave pequeña imapctaba como un misil destruyendo al crucero y haciendo que se fuera a pique contra el planeta. La explosion atomica se vio como una pequeña chispa desde el espacio.
Dentro de la capsula desperte del trance abrazado al cuerpo de Lyn. Lloraba su perdida y la mia. Habia caido al lado oscuro, habia probado las mieles de su poder y me habian servido para vengarla. Pero eso me la traeria de vuelta? Habia eliminado a la amenaza pero tambien habia quitado vidas. Habia luchado por mi supervivencia pero habia acutado contra el codigo jedi. Solo de una cosa estaba seguro, no existe la senda entre el lado oscuro y el de la luz y lo habia descubierto de la peor manera posible.

Fin

(escribió Seba)

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